Stefan Engel

Stefan Engel

Polémica en contra del panfleto de Diethard Möller ¿Qué hay de la Revolución Internacional?

En noviembre del 2016 Diethard Möller redactó una Crítica al libro "Aurora de la Revolución Socialista Internacional" de Stefan Engel y a las Posiciones del MLPD.

Este panfleto con el título ¿Qué hay de la Revolución Internacional?" es tan absurdo, diletante y anticientífico que realmente podría ser ignorado. Pero es necesaria una respuesta pública porque el documento firmado como Niels Clasen ha sido entretanto difundido en 2018 en el público internacional por parte de la Conferencia de partidos y organizaciones marxistas-leninistas (CIPOML) fundada en 1994 en Quito, Ecuador.

En 30 páginas, Diethard Möller ha intentado, por así decirlo, "acabar" al paso, con el Revolutionärer Weg (Camino Revolucionario) No 32-34, que apareció ante el público bajo el título Aurora de la revolución socialista internacional. Según su opinión, este libro sólo "confunde haciendo malabares con términos" (Unidad y Lucha, No 35, pág. 9). Acusa al libro de "exclamaciones idealistas de la «revolución internacional»" (pág. 17), que con "frases vagas" (pág. 25), "escapa a utopías bastante espirituales" (pág. 25). Además, él considera completamente suficiente estudiar el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, que apareció hace más de 170 años, así como el análisis de Lenin sobre el imperialismo, para dar hoy en día respuestas a las cuestiones que plantea la lucha de clases con el fin de derrocar al imperialismo. Por último, pero no menos importante, él le reprocha al libro la teoría del ultraimperialismo de Karl Kautsky y el trotskismo reaccionario.



¿Puede Diethard Möller con sus explicaciones estar a la altura de este juicio devastador?

1. Él comienza con la afirmación: "No se nos proporciona información para la extraña idea de «dominio único del cartel del capital financiero imperialista»." (Pág. 9). Esta es una vileza eclecticista, puesto que él omite deliberadamente la referencia en la Introducción al libro Crepúsculo de los dioses sobre el "nuevo orden mundial".

No basta que Möller ignore completamente este libro. Él afirma incluso que este análisis ni siquiera existe. Esto no es solamente un descarado eclecticismo, sino que él confía en que sus lectores, después de su afirmación, ni siquiera tomen en sus manos el libro "Crepúsculo de los dioses …". De hecho, estos dos libros, Crepúsculo de los dioses sobre el "nuevo orden mundial" y Aurora de la revolución socialista internacional, son dos tomos consecutivos, donde el primer tomo explica la base económica de la estrategia y táctica proletaria que es desarrollada en el libro "Aurora …". En casi 600 páginas con 68 tablas y 31 gráficos no sólo "se nos proporciona" suficiente "información»" sobre la tesis de la nueva organización de la producción internacional, sino que también se elaboraron evidencias irrefutables de la dictadura integral del capital financiero internacional, único dominante.



2. Diethard Möller critica: "Obviamente, se cita a Marx, Engels, Lenin y Stalin únicamente como piezas decorativas1 en el libro de Engel, para destacar su gloria en lugar de tratar seriamente con sus análisis verdaderos y dialéctico-materialistas. Podríamos proporcionar muchos otros ejemplos donde Engel distorsiona las citas. Si Marx, Engels, Lenin y Stalin ya confirmaron todas las tesis de Stefan Engel, entonces debemos preguntarle qué es realmente nuevo. En todos estos pasajes Engel es bastante vago, como por ejemplo en la cuestión de si el Estado todavía tiene o no poder real." (pág. 18).

Esta explicación desconoce totalmente la necesidad en el trabajo teórico de acuerdo al principio dialéctico de la unión entre análisis y síntesis–, de partir siempre del aspecto fundamental, es decir de los clásicos del marxismo-leninismo y del pensamiento Mao Zedong, cuando se hace un análisis concreto. Por eso las muchas citas de Marx y Engels no son "piezas decorativas" (pág. 18), sino una científica síntesis inicial de donde debe partir todo análisis concreto. La violación del principio de análisis y síntesis conducirá o al dogmatismo o al revisionismo.

Para Möller las citas de los clásicos son sólo "piezas decorativas". Él no entiende que ellas sirven para comprender la esencia de sus textos y para separar sus declaraciones generales válidas de las concretas condicionadas por el tiempo. Esta distinción entre declaraciones fundamentales de los clásicos y declaraciones condicionadas por el tiempo le es extraña a Diethard Möller, pues él sostiene que muchas tesis en el análisis de "Crepúsculo de los dioses …". y de la "Aurora ..." ya se pueden leer en los clásicos.



3. Evidentemente, a Diethard Möller no le sirven de mucho las citas de los clásicos, pues él las descarta como "piezas decorativas" con las cuales el autor quiere hacerse notar. Así él crítica en su panfleto: "Más bien, Engel confunde a sus lectores haciendo malabares con términos como «supermonopolios» … Al crear dicha palabra, él aparentemente quiere decir que es algo completamente nuevo que Lenin no conoció, algo que se encuentra por sobre un monopolio." (Pág. 9). Luego Möller pregunta irónicamente: "La creación de esa palabra ¿debería tener el efecto de intimidar a los lectores e impresionarlos por la «grandeza» de su creador?" (Pág. 9) Esta crítica sólo muestra que Diethard Möller no tiene idea del marxismo-leninismo. El término supermonopolio no es ninguna nueva palabra en mi texto, sino ya es aplicada por Lenin en su libro de fama mundial y fundamental para todos los marxistas-leninistas, El imperialismo, fase superior del capitalismo. Allí Lenin describe "un nuevo grado de la concentración mundial del capital y de la producción, un grado incomparablemente más alto que los anteriores. Veamos cómo surge este supermonopolio." (Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1985, pág. 84 – el resaltado es del autor). Entonces, esta declaración de Lenin era todavía una tesis, un pronóstico para el futuro, porque tales supermonopolios recién comenzaron a formarse. Cien años más tarde, nosotros nos hemos ocupado con el devenir de esta tesis. Los supermonopolios no son más una peculiaridad del sistema imperialista mundial, sino que se han convertido en una generalidad. Ellos se han encontrado en un capital financiero internacional, único dominante que impone su dictado a toda la economía mundial.

Cuando nuestros camaradas en una crítica verbal le llamaron la atención a Diethard Möller por este lapsus, éste eliminó calladamente esta parte de su panfleto sin decir una sola palabra autocrítica o retirar en lo más mínimo su actitud despectiva al respecto hacia el director del órgano teórico del MLPD Revolutionärer Weg (Camino Revolucionario).

¿Qué objetivo tiene la crítica de "crear palabras"? Cada trabajo teórico tiene que crear también nuevos conceptos para nuevos fenómenos y cambios esenciales para cualificarlos correctamente y resumirlos en una palabra. Precisamente es la tarea del análisis concreto de la situación concreta, enfrentarse con las nuevas cuestiones y con ello ampliar la teoría marxista-leninista, concretizarla y también continuar desarrollándola. Esto corresponde también al principio dialéctico de formar conceptos cada vez más finos para cualificar correctamente el proceso de la esencia a la esencia cada vez más profunda. Pero tal comprensión no se puede esperar de Diethard Möller. Él opina que 100 años de desarrollo de imperialismo ya se pueden leer en el Manifiesto Comunista de hace 170 años. Entonces no existía en absoluto el imperialismo capitalista. Lenin observó la formación del imperialismo aproximadamente en el umbral hacia el siglo XX.



4. Diethard Möller pregunta: "¿Qué hay de nuevo en el «carácter internacional de la producción?» Ya en el Manifiesto Comunista, Marx y Engels describen cómo el capital crea el mercado mundial y le subordina el mundo entero". (Pág. 10).

¿Puede ser cierto que a Diethard Möller se le haya pasado la diferencia fundamental entre el pronóstico científico y su aparición en la realidad? Claro que el capitalismo ya ha creado una tendencia de ampliar la economía política sobre el mercado mundial. Pero Marx sólo podía partir de un puñado de países capitalistas en los cuales el capitalismo a los sumo se había impuesto. El mercado mundial recién había comenzado a desarrollarse, y se desarrolló sobre la base de esa tendencia. Sin embargo, esto aún no tenía nada que ver con el carácter internacional de la producción capitalista. Pues la forma de organización de la producción capitalista en la época de la libre competencia, incluso en la época imperialista hasta inicios de los años 1990, tenía todavía un carácter estatal-nacional. El Estado nacional se volvió una necesidad para que el capitalismo en efecto pudiera desarrollarse. Por eso también la lucha por la creación de Estados nacionales frente al predominante fraccionamiento feudal en pequeños Estados y la lucha antiimperialista de las colonias para formar sus propios Estados nacionales tuvieron un carácter progresista. Por lo tanto, el Estado nacional y el desarrollo del capitalismo forman una unidad internacional fundamental.

Sin embargo, hoy nosotros tenemos que hacer con que justamente esta producción nacional-estatal ya no es la principal forma de organización del capital, sino que hoy lo típico son la producción, el comercio y la distribución transfronterizos y con ello hacen estallar más y más la forma de organización política del Estado nacional que todavía es necesaria. Ni Marx ni Lenin partían de esta posibilidad todavía en el capitalismo. En su dogmatismo, Diethard Möller pasa deliberadamente por alto esta pequeña diferencia aún cuando es fundamental para el modo de existencia de los monopolios internacionales y sus Estados nacionales.



5. Möller opina: "De una manera muy llamativa, Lenin analizó las características especiales del imperialismo, demostrándolas con hechos. ¿Qué hay de nuevo respecto a esto?" (pág. 10). Nadie quiere negar que Lenin en aquel entonces analizara certeramente las características particulares del imperialismo y proporcionara los datos. Pero esas características eran temporales y referidas a la situación de entonces. Entretanto, se ha formado toda una serie de nuevas características del imperialismo y algunas viejas han desaparecido.

Algunas de ellas fueron: la transición del capitalismo monopolista al capitalismo monopolista de Estado, la sustitución del viejo sistema colonial por un sistema neocolonial del imperialismo, la restauración del capitalismo en la Unión Soviética con la formación de un capitalismo monopolista de Estado burocrático de nuevo tipo, la nueva organización de la producción internacional desde los años 1990, pero también la formación de una serie de países neoimperialistas sobre esta base y, no por último, la destrucción inherente del medio ambiente como una ley indispensable del imperialismo en su fase avanzada de hoy. Por supuesto que estos nuevos fenómenos y cambios esenciales no se le presentaron a Lenin.

No obstante, tales características sólo se puede explorar, ciertamente, cuando se realiza un análisis completo e integral de los nuevos fenómenos y cambio esenciales de la realidad, tal como el MLPD lo hace desde 1969 con su sistema REVOLUTIONÄRER WEG. Cada uno de los 35 números publicados investigó un problema que estaba en el centro de la lucha; todos los números juntos constituyen un sistema para la solución práctica de las tareas de la construcción del partido y la lucha de clases.



6. Diethard Möller afirma, que la cualificación de una internacionalización de la lucha de clases sería "superflua y no ha sido demostrada, especialmente en la parte económica." (pág. 9). El libro Aurora de la revolución socialista internacional demuestra que sobre la base de la nueva organización de la producción internacional "las huelgas transnacionales en las plantas de los supermonopolios internacionales se han convertido en un nuevo fenómeno. Sacuden a la producción capitalista en lo más profundo y tienen la tendencia de extenderse rápidamente a otros países, de ampliarse como una oleada de huelgas que va más allá de las fronteras nacionales." (págs. 390-391).

También las manifestaciones como la efervescencia revolucionaria más allá de las fronteras en Latinoamérica después del cambio de milenio o la "Primavera Árabe" en 2011 sólo se pueden comprender exclusivamente sobre la base del carácter internacionalizado de la producción.

Estos nuevos fenómenos de la internacionalización de las luchas de clases le interesan sólo poco al teórico a nivel de círculos, Diethard Möller. Si él los hubiera indagado, quizás entonces hubiera llegado a plantearse la cuestión, por qué motivo, al lado de la lucha de clases nacional, también se ha formado una lucha de clases internacional, transnacional. Esto debe tener una base económica que nosotros hemos desarrollado en el análisis del "Crepúsculo de los dioses …".

La gran importancia de este análisis consiste en que la tesis de Lenin acerca de la reacción en cadena de revoluciones socialistas en los países imperialistas más importantes después de la Revolución de Octubre no se realizó. Ciertamente la cadena se rompió con la Revolución de Octubre, pero la marcha triunfal no continuó en Alemania y Europa, sino ahogada en sangre por la reacción. Lenin evaluó autocríticamente este hecho en 1923, y lo atribuyó a que la internacionalización del imperialismo aún no había avanzado tanto que de ello se hubiera desarrollado una lucha de clases internacional:

"Así pues, hoy nos hallamos ante el siguiente problema: ¿podremos mantenernos con nuestra pequeña y pequeñísima producción campesina, dada la ruina en que estamos sumidos, hasta que los países capitalistas de Europa Occidental culminen su desarrollo hacia el socialismo? Pero lo hacen de manera distinta de como esperábamos antes. No siguiendo un proceso de «maduración» igual del socialismo en su seno, sino explotando unos Estados a otros, explotando al primer Estado vencido en la guerra imperialista y a todo el Oriente. Por otra parte, el Oriente se ha sumado de manera definitiva al movimiento revolucionario en virtud precisamente de dicha primera guerra imperialista, viéndose incluido definitivamente en el torbellino general del movimiento revolucionario mundial." (Más vale poco y bueno, Lenin, en Obras Completas, tomo 45, pág. 419 – el resaltado es del autor).

Evidentemente, tales declaraciones de Lenin le son completamente desconocidas a Möller. Esto sería en todo caso un motivo para aparecer un poco más modestamente, y primero hacerse competente en la materia antes de anunciar ante el mundo con bombos y platillos sus ataques disparatados.



7. Es completamente absurdo cuando Möller acusa al MLPD, de que éste seguiría la teoría oportunista de Kautsky sobre el "ultraimperialismo" y que se basaría en "el análisis hecho por el oportunista y traidor Kautsky" (pág. 13). Para este propósito, según él, "Stefan Engel y su colectivo de autores ciertamente doblaron el texto de Lenin de una forma «conveniente»" (pág. 13) La manzana de la discordia es una declaración de Lenin, en donde esta teoría revisionista de Kautsky se somete a una crítica dialéctica: "No cabe duda de que la tendencia del desarrollo es hacia un único trust mundial, que absorberá todas la empresas sin excepción y todos los Estados sin excepción. Pero ese desarrollo se opera en tales circunstancias, con tal ritmo, en medio de tales contradicciones, conflictos y conmociones –no sólo económicos, sino también políticos, nacionales, etc., etc.– que sin duda alguna antes de que se llegue a un trust mundial único, a una asociación mundial «ultraimperialista» de los capitales financieros nacionales, el imperialismo deberá inevitablemente estallar y el capitalismo se transformará en su contrario." (Lenin, Prefacio al folleto de N. Bujarin, en Obras Completas, Editorial Progreso, Moscú, 1985, tomo 27, pág. 103).

De esta cita de Lenin resulta, que él veía a fondo la tendencia presumida por Kautsky hacia un "trust mundial, que absorberá … todos los Estados". Sin embargo, la contradicción de Lenin con Kautsky consistía en que este desarrollo no podía llegar a su fin en el capitalismo, porque antes el imperialismo debe estallar y hundirse ante sus contradicciones. Este modo de ver diferenciado le es totalmente ajeno a Diethard Möller. Él simplemente niega la tendencia hacia un "trust mundial, que absorberá … todos los Estados", sin comprender la objeción de Lenin.

A diferencia del inexacto malabarismo de Möller, el libro Aurora de la revolución socialista internacional concretiza la polémica de Lenin contra Kautsky en base al desarrollo actual de la nueva organización de la producción internacional: "Mientras que Kautsky soñaba con un crecimiento pacífico del imperialismo hacia el socialismo, a fin de hacer las paces con él y renegar de la lucha de clases y de la revolución proletaria, Lenin diferenció entre el proceso objetivo de la internacionalización de la producción al interior del sistema imperialista mundial y la necesidad subjetiva de derrocar al imperialismo mediante la revolución proletaria." (pág. 144). En cuanto a claridad, esto no deja nada que desear.

En su celo afiebrado, a Möller se le escapó naturalmente esta cita con el fin de imputarle al MLPD el "ultraimperialismo" de Kautsky. Pero esta acusación sólo muestra, que él no ha comprendido en lo más mínimo la crítica principista de Lenin a Kautsky.



8. Lo más absurdo es acusar al MLPD de trotskismo. Al igual que la reacción de un perro de Pávlov, como muchos dogmáticos también Diethard Möller presume de inmediato al trotskismo detrás del término revolución internacional. La estrategia de la revolución internacional o también de la revolución mundial es un componente fundamental del marxismo desde sus comienzos. La "Aurora …" demuestra que el contenido concreto de esta revolución internacional en todo caso se ha modificado con el respectivo avance del desarrollo social y que también cada uno de los diferentes clásicos llevaron adelante una diferente estrategia y táctica para la realización de la revolución internacional.

Marx y Engels partieron de una revolución simultánea, homogénea, en los países capitalistas desarrollados en Europa y en Norteamérica por lo menos. En base al análisis del imperialismo y su diferente desarrollo, Lenin partió de una reacción en cadena de revoluciones, que iba a comenzar en el eslabón más débil del sistema imperialista mundial y que abarcaría más y más a todos los países capitalistas.

Stalin vio en la construcción del socialismo en la Unión Soviética un bastión de la lucha de clases internacional, que como centro revolucionario iba a impulsar hacia adelante la revolución internacional. Mao Zedong concretizó la estrategia de la revolución socialista internacional a través de la estrategia de la revolución de nueva democracia y la estrategia y táctica de la guerra popular prolongada en los países coloniales dependientes.

Con la nueva organización de la producción internacional, como una nueva fase del imperialismo desde comienzos de la década de los 1990, se modifica nuevamente el contenido concreto de la estrategia de la revolución internacional. Sobre la base de la nueva organización de la producción internacional y la lucha de clases internacional ella tiene que referirse en todos sus aspectos al sistema imperialista mundial. Ella comprende la lucha de clases proletaria y la lucha de liberación antiimperialista en más o menos todos los países del mundo. La revolución internacional se va a desarrollar como un proceso recíproco de revoluciones en cada uno de los países, en tiempos diferentes y de diferente carácter, las que se revolucionarán mutuamente y que deberán cooperar o coordinarse entre ellas.

De esto resulta para los marxistas-leninistas en todo el mundo, la nueva exigencia de la responsabilidad conjunta que ellos tienen para la preparación de la revolución socialista internacional. La dialéctica de la estrategia y táctica de la revolución socialista internacional exige la unidad entre la forma nacional y el contenido internacionalista, entre las formas de organización nacional e internacional, entre la autonomía nacional y la coordinación y revolucionarización internacional de las luchas de clases, etc.

Este desarrollo fundamental y concreto del carácter internacional de la revolución socialista, presentado detalladamente en la "Aurora …", no es entendido por Diethard Möller o no lo quiere entender. Él hace responsable de su lentitud de comprensión a nuestro análisis concreto, al que él descalifica como un sueño de "deseos y esperanzas abstractas" (pág. 18).

Hace ya tiempo que la preparación de la revolución socialista internacional ha sido asumida en las formas de organización internacionales como la ICOR y la ILPS. Allí trabajan diferentes organizaciones y partidos revolucionarios con una práctica antiimperialista conjunta y, sobre esa base, impulsan la unificación ideológico-política que es necesaria para unificar en una revolución socialista internacional la lucha de clases de todos los países por esa revolución mundial.

No obstante, para el demagogo y arribista pequeñoburgués Trotski, la revolución socialista internacional no era en absoluto sólo una "frase abstracta" (pág. 18), como escribe Möller. En su fervor por equiparar al MLPD con Trotski, Möller deja a salvo el carácter de clase hostil a los obreros del trotskismo. Trotski y sus partidarios combatieron no sólo la construcción socialista en la Unión Soviética, sino que también se transformaron en enconados enemigos de la revolución socialista internacional y de la Internacional Comunista. En la "Aurora …" se dan pruebas de estos ataques trotskistas y se sacan a la luz las características del trotskismo como punta de lanza anticomunista dirigida a descomponer el movimiento obrero y revolucionario internacional tanto ayer como hoy en día. (págs. 74-77).

Es una grosera charlatanería que Möller ignore nuestra amplia polémica contra los trotskistas para igualarnos con ellos mediante un truco conceptual. Este método hostil no es adecuado para llevar a cabo una discusión objetiva sobre los problemas actuales, sino que es un ataque liquidacionista contra el carácter marxista-leninista del MLPD. Con esto, Möller se descalifica como potencial aliado del movimiento obrero y marxista-leninista internacional.

A la vez, la práctica revolucionaria en Alemania hace tiempo ha comprobado que el círculo local del grupo de Möller en los últimos 40 años no ha sido capaz de hacer una contribución real para la construcción del partido o para la unidad del movimiento marxista-leninista y obrero internacional. Para encubrir su insignificancia en Alemania, él interviene como gran teórico en conferencias internacionales como la de Quito, aunque él no tiene ninguna base en la lucha de clases en Alemania. Quizás no ha dejado de darse cuenta que el MLPD, por lo contrario, desde hace 50 años ha llevado adelante con éxito la construcción del partido, que desde su fundación ha ampliado a cada vez más áreas su trabajo de hormiga revolucionario y que hoy en día el MLPD se ha transformado en una fuerza reconocida internacionalmente en el movimiento marxista-leninista y obrero internacional. Pero quizás a Diethard Möller esto es lo que tanto le alienta para tirarle barro al MLPD.



9. "Eso no es marxismo, es algo extremadamente superficial y un signo de bancarrota intelectual", (pág. 25) se indigna Diethard Möller al final de su panfleto. Él no se da cuenta de que su juicio devastador cae sobre él mismo.

¿Por qué Möller ni siquiera se ha ocupado un poco y más modestamente con las nuevas cuestiones de la revolución socialista bajo las condiciones de la internacionalización del modo de producción capitalista? Si tan sólo él hubiera investigado por su cuenta, cuáles son las repercusiones de la maduración global de las bases materiales del socialismo, del enorme crecimiento del proletariado industrial internacional y del desarrollo de luchas transfronterizas en la lucha de clases proletaria. En lugar de esto Diethard Möller recita, de la literatura marxista-leninista, respuestas viejas y condicionadas históricamente para la solución de los nuevos problemas y las tareas modificadas.

Si por lo menos él se hubiera ocupado de manera concreta y objetiva con las conclusiones diferenciadas que el MLPD extrajo de los cambios comprobables de la lucha de clases nacional e internacional, en vez de colocar todo su afán en construir pruebas de un supuesto trotskismo del MLPD, y en hacer ataques difamatorios contra mi persona, entonces quizás él se hubiera ahorrado tan vergonzosa aparición en escena, y en tales condiciones él hubiera podido hacer una contribución provechosa para el movimiento marxista-leninista, revolucionario y obrero internacional.

Es de desear que todos aquellos que han tomado conocimiento del artículo de Diethard Möller, en particular los participantes de la Conferencia CIPOML, se formen un juicio propio. Para ello es imprescindible ocuparse por sí mismo con los análisis y conclusiones que el MLPD ha elaborado en ambos libros, Crepúsculo de los dioses sobre el "nuevo orden mundial" y Aurora de la revolución socialista internacional, y que el MLPD ha presentado al movimiento marxista-leninista, revolucionario y obrero internacional para la discusión teórica y la cooperación práctica.



Stefan Engel, julio de 2019

1En alemán Möller habla de "Schmuckstücke"; la traducción correcta es "piezas decorativas" y no "obras maestras". Sólo nos limitamos a corregir esta parte de una traducción, por lo demás, pésima. (N. de T.).